Participación de la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, durante entrega de reconocimiento al Heroico Colegio Militar con motivo del Bicentenario del Plantel

SECRETARIA ROSA ICELA RODRÍGUEZ: Muy buenas tardes tengan todas y todos ustedes.

Saludo con mucho gusto a mis compañeros del Gabinete del Gobierno de México; al secretario de la Defensa Nacional, general Luis Cresencio Sandoval; al secretario de Marina, almirante Rafael Ojeda Durán.

También saludar y felicitar al director del Heroico Colegio Militar, general de Brigada Diplomado de Estado Mayor, Jorge Antonio Maldonado Guevara.   

También saludar a todos los que integran, el día de hoy, el presídium, que el día de hoy están aquí con nosotros; y a quienes forman parte de esta Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.

A los de los Centros Penitenciarios Federales; al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad; a CONASE, a CONAHO;  al Servicio de Protección Federal, a la Coordinación Nacional de Protección Civil; a CNI.

A todos los órganos desconcentrados.

Por supuesto a la Guardia Nacional.

Y hoy, especialmente, a los cadetes del Heroico Colegio Militar.

A todos les doy la más cordial bienvenida a esta Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, que asume, con la más firme determinación, la alta responsabilidad de proteger a la población ante amenazas y riesgos, con estricto apego a los derechos y libertades fundamentales.

En esta ceremonia de reconocimiento al Heroico Colegio Militar, con motivo de sus 200 años de honor y lealtad a México, destaco algunos de los hechos más significativos de su ejemplar historia:

En los albores de nuestra vida independiente, a la distancia de dos siglos, en los que se ha forjado, con fuego y voluntad indomable, el acero de la patria, nació lo que hoy es un pilar fundamental entre las instituciones que sustentan nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro como nación, con firme vocación y destino de grandeza.

Fue el 11 de octubre de 1823, cuando el entonces ministro de Guerra, general José Joaquín de Herrera, expidió el decreto que dio origen al Colegio Militar.

En él se dispuso la concentración de todos los militares en formación en la fortaleza de San Carlos de Perote, Veracruz.

Desde sus inicios, esta institución de cadetes escribió su nombre en las páginas de nuestra historia, al contribuir a derrotar al último bastión español que, atrincherado en el castillo de San Juan de Ulúa, se aferraba inútilmente a conservar un pasado de dominación colonial y de privilegios que nunca habrían de volver.

El Colegio Militar se asentó finalmente en la capital del país,  donde refrendó la verdad de los supremos valores que son parte de su esencia.

Un episodio de la basta historia del Colegio da testimonio del indomable espíritu de sus cadetes: La defensa del Castillo de Chapultepec, sede entonces de la bicentenaria institución de formación militar.

Habiendo decidido, en 1846, los Estados Unidos de América invadir con sus tropas nuestro territorio, hacia septiembre de 1947 el último reducto de la firme resistencia que había encontrado a su paso el ejército invasor era el Colegio Militar. Bastión que habría de enfrentar a los soldados enemigos para dominar el Valle de México.

El 13 de septiembre de 1947, al lado de sus superiores, un puñado de valientes cadetes enfrentó a miles de soldados invasores y su feroz asedio, enmarcado por 14 horas de bombardeos.

Es emotiva la descripción que hizo de aquella épica jornada el investigador histórico general Jesús de León Toral, al exaltar la actitud de los cadetes.

Cito textual: “Los alumnos, animados de una ira sagrada, se batieron con desesperación y defendieron salón por salón, esquina por esquina y rincón por rincón su amado colegio”. Concluyo la cita.

Ahí ganaron, en batalla, la denominación que hoy es parte insustituible de su nombre: Heroico Colegio Militar.

Y otro hecho histórico que exalta a esta noble institución es la protección que brindaron los cadetes del Heroico Colegio Militar al presidente Francisco I. Madero, durante la asonada militar golpista del 9 de febrero de 1913, cuando en franca oposición a los traidores que volvieron sus armas contra instituciones legalmente constituidas, los alumnos del Colegio escoltaron al Apóstol de la Democracia desde el Castillo de Chapultepec hasta el Palacio Nacional, dando un rotundo ejemplo de lealtad.

Señoras y señores; militares y civiles; cadetes del Heroico Colegio Militar es un alto privilegio participar en esta ceremonia de reconocimiento al Heroico Colegio Militar por sus 200 años de honor y lealtad al servicio de México.

Hoy vivimos importantes retos que exigen de nosotros un máximo esfuerzo.

Es tiempo de enfrentar y de ganar nuestras propias batallas.

En el México actual, trabajamos con determinación para superar el flagelo de la violencia que generan organizaciones criminales.

Asumimos el desafío de construir la paz para transformar un pasado inmediato de privilegios y mezquindades sustentado en la corrupción y la injusticia, en un presente y un porvenir que ponga en el primer orden de atención a quienes han padecido por más tiempo la pobreza y la discriminación, caldo de cultivo de muchos de los males que alimentan el círculo vicioso de la corrupción, el delito y la violencia.

Por eso, hoy es importante refrendar los valores que dan orientación al Heroico Colegio Militar: Honor, lealtad, patriotismo, valor y abnegación.

Sus egresados se desempeñan en la Secretaría de la Defensa Nacional, institución que se ha ganado la confianza de la gran mayoría de la población.

Hoy tenemos, en México, militares comprometidos con la sociedad que no sólo velan por la soberanía nacional, sino que participan, en conjunto con la Secretaría de Marina y con los estados del país, en acciones de rescate humanitario, que llevan ayuda a poblaciones afectadas por desastres, y que actúan con respeto siempre a los derechos humanos.

Además, cuentan con todo el respaldo del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien les ha designado importantes tareas para brindar seguridad a la población.

Ustedes tienen toda la admiración y cariño del pueblo mexicano y de este gobierno. Eso da honor a su labor, pero también conlleva la gran responsabilidad de mantener en alto sus valores, honrando a la institución que les formó y al pueblo al que sirven.

Celebramos el bicentenario del Heroico Colegio Militar y reconocemos a sus integrantes con esta sencilla, pero emotiva ceremonia.

Y entregaremos, hoy, al director de esta institución educativa una placa conmemorativa como muestra del afecto, admiración que tenemos hacia nuestras fuerzas armadas.

Con valor y disciplina, pero sobre todo con lealtad, uno de los valores más importantes que enarbolan y que enseñan las fuerzas armadas.

Contribuyen todos los días, a la pacificación del país y al bienestar de las familias. 

Hoy reconozco y saludo la lealtad de las fuerzas armadas al pueblo de México y a su presidente.

¡Felicidades Heroico Colegio Militar, semillero de hombres y mujeres forjados en el amor a su patria!

¡Viva el Colegio Militar!

¡Vivan las Fuerzas Armadas!

¡Viva México!

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