SECRETARIA ROSA ICELA RODRÍGUEZ: Muy buenos días tengan todas y todos ustedes.
Saludo con mucho gusto a la jefa de gobierno de la Ciudad de México, la doctora Claudia Sheinbaum.
Así como a la doctora Beatriz Gutiérrez Müller, escritora, investigadora y presidenta honoraria del Consejo Asesor de la Coordinación de la Memoria Histórica y Cultural de México.
A mis compañeras, a la secretaria de Cultura federal, Alejandra Frausto; a la fiscal general de la Ciudad de México, Ernestina Godoy; a las secretarias de Cultura de la Ciudad, Claudia Curiel, y de las Mujeres, Ingrid Gómez.
A nuestra compañera magistrada del Tribunal Superior; saludo a la diputada Marcela Fuente, también secretaria del Congreso de la Ciudad de México y a la magistrada Adriana Canales, con mucho gusto.
Es un honor para mí poder participar en la conmemoración del aniversario luctuoso de Josefa Ortiz de Domínguez, al lado de mujeres tan destacadas como lo son todas y todos ustedes.
A lo largo de la historia de México se han vivido distintos periodos de transformación en los que la participación de las mujeres ha sido decisiva: en la Independencia, con mujeres como Josefa Ortiz; en la Reforma, con mujeres como Margarita Maza, y en la Revolución de 1910, con mujeres como las Adelitas.
Josefa, Benemérita de la Patria, es un ejemplo claro de cómo la visión, inteligencia y capacidad de construir alianzas de una mujer puede lograr cambios profundos que impactan a toda una nación.
Por su origen, ella experimentó en carne propia el racismo y la discriminación. Aun así se inclinó por los derechos de las mayorías y se identificó con las ideas revolucionarias de la época.
Su papel en la conspiración, que daría pie a la lucha independentista, fue fundamental para el inicio de la que se convertiría en la primera de las cuatro grandes transformaciones del país.
Su carácter y convicciones son los mismos que vemos ahora en muchas mujeres, que han empujado un cambio por muchos años, un cambio en nuestra nación, y que hoy ven en este gobierno, encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, la esperanza de un México más justo, más libre y más igualitario.
Conmemorar un aniversario más nos permite recordar que esa valentía y lucha por la igualdad prevalece hasta la fecha.
Muchas mujeres, desde distintos ámbitos, siguen aportando para que haya cambios profundos en nuestro país, como científicas, maestras, legisladoras, obreras, campesinas y empresarias.
Hoy, por ejemplo, tenemos a una jefa de gobierno en la Ciudad de México; una mujer de lucha, con convicciones claras, dedicada a mejorar las condiciones de vida de las y los habitantes de la capital del país.
Cito a la doctora Beatriz Gutiérrez Müller, mujer inteligente y sensible, que dice que “en México no hay mujeres de primera ni de segunda”. Ella misma fue congruente al rechazar el título clasista de Primera Dama.
Somos millones de mexicanas que servimos a México desde distintos enfoques y que estamos trabajando para que se haga realidad la transformación que el país necesita, cambios de raíz, en beneficio de la población.
Toda la lucha anterior nos da pie a que en estos tiempos muchas de las decisiones estratégicas de nuestro país sean tomadas por mujeres, como en materia energética, en materia cultural, en materia jurídica, educativa, ambiental, social, laboral, financiera y de seguridad.
A 193 años de su fallecimiento, Josefa Ortiz de Domínguez sigue siendo una referente para las mujeres de hoy. Nos toca honrar su legado, nos toca continuar su lucha por la justicia y la igualdad; y también en los tiempos de hoy combatir de frente contra la impunidad y contra la corrupción.
Muchas gracias hoy por la invitación al Gobierno de la Ciudad y muchas gracias a todos los que participan hoy, a todas las mujeres que hacen que este país tenga más igualdad cada día en esa lucha contra la impunidad y la corrupción.
Gracias.